A tout le monde
A tout mes amis
Je vous aime
Je dois Partier
There are the last words I'll ever speak
And they'll set me free... ♥

jueves, 30 de diciembre de 2010

Mi ángel.-

No quería hacerlo, no, ciertamente no quería… Pero tenía que hacerlo, por su bien.
Tendría que mentirle… ¿Cómo podía mentirle a la mujer que me había devuelto el alma…y la vida? Además… ¿Qué le digo? Le confesé durante 2 años todos mis sentimientos… no puedo llegar y mentirle tan descaradamente, y despiadadamente, le dolería, y me dolería a mi. Así que sería mejor decirle la verdad. ¡Demonios! Maldigo el día en que me salvó de todos mis tormentos, prefería vivir en las sombras, al menos ellas no me abandonarían nunca, aunque yo estuviese al otro lado del globo.
Pero ella, su nombre estaba en mi pecho, tatuado en mi carne, cada acción mía era gracias a ella, cada latido de mi corazón era por ella, cada palabra que de mi boca salía era gracias ella.
Intenté hacer todo lo posible para evitar que pasara, pero no pude, estaba decidido, me alejaría de mi vida, ella era verdaderamente mi vida, mi razón de existir.
Con mucho pesar le dije que tenía que hablar con ella, así que nos juntamos en donde dimos nuestro primer beso.
-Amelie, es hora de que nos vayamos.
-¿A dónde, amor? –Preguntó ella con los ojitos llenos de esperanza.
-Lo siento, el “nos” se refiere a mi familia y a mi –Intenté evitar su mirada, pero no pude lograrlo.
-¿A dónde se irán? –Preguntó ella muy triste.
-Fuera del país, muy lejos de aquí –Dije con la voz entrecortada.
-Oh… Ok… Está bien… -Suspiró ella
-Amelie, si yo pudiese hacer algo por quedarme…
-¿Para qué? Si lo nuestro se acabó, yo lo terminé, estuve con alguien… Y…llevamos saliendo 1 mes.

Mi mundo se detuvo en ese minuto, algo en mi murió… O más bien, volvió a su estado natural.

Finalmente llegó el día de mi partida, mi familia me miró, pero no entendieron qué me pasaba, pensaron que sería parte de mi depresión que llevo conmigo hace años.

Dormí y quise no despertar, pero tuve que hacerlo, habíamos llegado por fin al nuevo hogar.
Meses y meses pasaron y yo seguía extrañando a mi hermosa Amelie, su cabello castaño, sus ojitos verdes, llenos de esperanza y de vida y sus besos, que me devolvían la vida y las ganas de vivirla.
Todo terminó para mí una noche cálida, lo tenía todo preparado, mi doctor me había recetado muchas cosas, por lo que podría pasar… Un suicidio, que palabra más horrible, siempre odié a los que pensaban en suicidarse, yo con mi depresión siempre intenté buscar el lado positivo, intentar salir adelante, pero esta noche, yo sería un cobarde más que no pudo con su desgraciada vida.
No sé cuantas cosas tomé esa noche, combinar pastillas y alcohol nunca fue bueno, y me di cuenta de ello.
Transité a través de mi cadáver, hasta que alguien se me acercó, era… Amelie, era su alma, la reconocí por esa faz angelical siempre tuvo, y porque su cuerpo irradiaba una luz cegadora, su alma tan pura, tan sencilla, tan… Tan Amelie…

-¿Tú qué haces muerta? –Le pregunté sorprendido.
-No podía vivir sin ti, después de estar con ese otro… Me di cuenta lo mucho que te amaba, y lo mucho que me dolió tu partida… No pude soportarlo y me maté –Me abrazó y comenzó a llorar.
-Mi vida, te amo hermosa, no llores, yo aún te amo, nunca lo dejé de hacer…

Siempre desee morir junto a mi amada Amelie, pero debido a causas naturales… Supongo que ahora podré pasar la eternidad en el infierno con la única cosa que me hace sentir como en el cielo.


miércoles, 29 de diciembre de 2010

Reencuentro 2.-

Luego de una alocada noche y de que mi hija dejara la casa y de encontrar a mi marido borracho en el sillon de la sala, decidí buscar a mi pequeña, habia recibido golpes de mi marido, ¡Dios!, Si solo fuese más fuerte para enfrentar a ese monstruo, maldito sea el dia en que cai en su trampa.
Decidí dejar de pensar en eso y buscar a mi hija, pero antes debia dejar a mi hijio en un lugar seguro. 
Lo desperté y me preguntó con esa carita angelical que tiene: "Mami, ¿Dónde vamos?". Le contesté con la voz quebrada: "Amor, papá está... durmiendo y... La abuela me llamó para que fueras a verla, que te extraña, cariño"  Mi pequeño sonrió somnoliento y no dijo nada más.
Lo tomé en mis brazos y le di un pequeño beso en la cabeza y lo apegue a mi cuerpo.
Baje apresuradamente las escaleras, intentando no hacer ningun ruido para no despertar a mi marido, que probablemente seguía bajo los efectos del alcohol, lagrimas cayeron de mis ojos... Olvidé todo eso y me dirigí al auto y puse a mi hijo en la silla y luego entre yo, llevándolo a casa de mi madre.
Al llegar ahí ella me preguntó "!Cariño! Pero..." Cayó al darse cuenta de que mi hijo dormía, se lo entregué y le pedi que si mi marido llamaba le dijera que yo llegaría pronto.
Entré en el auto otra vez, llorando, busqué primero en el lugar que mi hija amaba, el Parque, donde mi fallecido marido solía llevarla. Estacioné el auto y corrí por todo el lugar, hasta que pillé un cuerpo tirado... No quise pensar que era ella, me rompería el alma saber que era ella. Me acerqué lentamente y con cautela, no había mucha gente, era de mañana. Finalmente llegué donde estaba el cuerpo. Era ella. Me acerqué para ver si tenia signos vitales, pero ya no tenia pulso, mi mundo se destrozó en ese lugar... Mi pequeña niña, mi princesa, estaba muerta... Recogí su cuerpo y lo abracé y escuché mis desgarradores gritos... Mi bebé, a quién descuidé durante este tiempo, cuanto me arrepiento de haberlo hecho, me arrepiento de todo el daño que le causé y todo el daño que ese hombre le causó. Sequé mis imparables lágrimas, y me dije que esto no quedaría asi... Dejé a mi hija ahí, con el pesar de mi alma, y le dije cuanto la amaba.
Subí al auto, nerviosa, temblorosa y conduje de vuelta a casa, ahí estaba mi marido, mareado y tambaleante. Le saludé y subí a nuestro cuarto, donde tenía escondida un arma, lo de mi hija no se quedaría así. El hombre vociferó algo que no pude entender, pero supuse que deseaba verme... Bajé decida a cometer un crimen, porque él no iba a devolverme a mi hija y yo no estaba dispuesta a vivir con él.
Lo vi en la sala y se me acercó intentando darme un beso, lo aleje precipitadamente, y le grité que lo odiaba por quitarme a mi hija, y sentí un ataque de adrenalina y dispare.

martes, 28 de diciembre de 2010

Reencuentro.-

Desperté abrumada, la noche anterior había sido confusa, estaba en un parque, no podía recordar en donde me encontraba, tampoco podía recordar con claridad que me había traído hasta este parque, unas imágenes borrosas circulaban por mi mente. 
La más nítida era de un hombre, un hombre visiblemente mayor que yo, que vociferaba con evidente enojo, gritaba cosas, el hombre se parecía a mi padre... Me dolía la cabeza y decidí no pensar más.
Estaba en una banca, y a mi lado había un bolso... Lo revisé y habían cosas mías, ropa, un poco de dinero y una foto... La foto mostraba a 4 personas, un hombre, una mujer y dos niños.. Uno de esos niños era yo, me veía tan feliz. El hombre era mi padre y no se parecía a hombre de mis sueños. Comencé a recordar otra vez, recuerdos más nítidos llegaban a mi mente... Un hombre diferente al de la fotografía, alto y fornido, con una voz grave, gritaba que yo era una inútil, que nunca serviría de nada en esta vida y que esperaba que yo me muriese rápido, seguido de eso golpee su rostro y él me respondió con una cachetada, le grité que lo odiaba y que mi vida había empeorado con su llegada. Volvió a dolerme la cabeza.
Comencé a caminar lentamente por ese parque, comenzaba a recordar más, ese lugar... Mi padre solía llevarme a ese lugar... Cuando él estaba vivo, y estaba conmigo.
Llegué a una fuente y miré mi reflejo, estaba demacrada, tenía un ojo morado y un tanto hinchado, tenía manchas de sangre en mi rostro. Creo que mi padrastro me había golpeado fuerte.
Caminé sin rumbo, y comencé a marearme, y luego sentí el suave pasto en mi cara.
Algo me despertó... Era una luz, me sentía... Protegida... Algo se me acercó, era hermoso, y con rostro gentil me dijo: "Tú que haces aquí, tu deberías estar en tu hogar, con tus seres queridos, ¿no crees?" Consideré sus palabras, y pensé algo, que no pude concretar, porque la criatura me interrumpió: "Ven, acompáñame, pero no necesitarás ese bolso"
Dejé mi bolso, pero me di cuenta de que yo no estaba en mi cuerpo... Era como si estuviese saliendo de él. No quise preguntar qué pasaba, pensé que sería de mala educación, y debo admitir que le tenía un poco de temor a la criatura, que extrañamente me parecía conocida.
Lo seguí sin decir una sola palabra, y vi que nos dirigíamos a mi hogar, vi a mi padrastro, botado en el sillón, ebrio según deduje, la criatura me preguntó: "¿Él te hizo esto?" a lo que yo contesté: "Sí, él fue". La criatura miro a mi padrastro y luego me miró con lágrimas en sus amables ojos "Mi niña pequeña, perdóname por favor". Claro, no sé como me tardé tanto en descubrirlo, aquella criatura era mi fallecido padre, lo abracé y comencé a llorar como una niña pequeña, lo extrañaba muchísimo, mi madre había dejado de comportarse como una desde que se casó con mi padrastro.
Mi padre me consoló y me dijo que yo estaba muerta, me prometió que nunca volvería a dejarme sola, y que no permitiría que alguien me hiciese daño.
"Mi vida, ahora estás conmigo, nada va a pasarte, y nadie va a golpearte nunca más, porque yo estoy aquí para defenderte"
Tomó mi mano y me llevó a donde estaba mi cuerpo, alguien estaba al lado... Era una mujer, era mi madre, estaba llorando desconsoladamente, deseé poder abrazarla y consolarla y decirle que yo estaba bien, que estaba con mi padre, pero no podía, y dejé que se quedara ahí... Pude articular por fin: "Te amo mamá" y mi papá gritó "¡Vamos! Te estamos esperando"
Le seguí y dejé todo atrás, incluyendo mi vida.